La importancia de fijar los horarios de comidas no solo beneficia su salud, también favorece al buen comportamiento de tu mascota.
Más de una vez hemos escuchado que los perros no quieren comer su comida y esto, lejos de estar relacionado con el sabor o marca del alimento que le estás dando, está más relacionado a un problema conductual (siempre y cuando hayamos descartado que el perro no tenga síntomas de alguna enfermedad, vómitos o diarrea).
De ahí nace la importancia de crear e implementar rutinas en su día a día para que sepa que tiene un horario para jugar, pasear y sobre todo comer. Fijar horarios y planificar las comidas es esencial y estos se deben respetar todos los días.
Algunos especialistas recomiendan que a la hora de servirle la comida, esta debe permanecer como máximo 15 minutos a su alcance, independientemente si dejó un poco en el plato o no lo comió. Luego de este tiempo se debe retirar la comida y volvérsela a dar en el siguiente horario de comida durante este tiempo no se le puede dar ningún premio ni comida que no sea la suya.
Este ejercicio se realiza con el fin de que aprenda que tiene que comer en el momento que se le sirve el alimento y que no tiene la comida a su disposición, así relacionará la comida con algo que debe ganarse y valorar. Con el tiempo, este ejercicio favorecerá a que su reloj biológico se active en automático en el horario que le asignaste a sus comidas. Es importante mencionar que si tu perro no come por varios días acudas a un veterinario de confianza pues podría ocasionarle alguna enfermedades como la gastritis.
Ventajas de fijar horarios de comida:
– Controlamos las raciones
– Evitamos enfermedades
– Les creamos rutinas
– Podremos calcular la hora en la que harán sus necesidades
– Aprende a valorar sus alimentos
Nos gustaría terminar con algunas recomendaciones para incentivar el apetito en tu perro:
– Darle de comer después de un paseo (no inmediatamente después porque podría ocasionarle torsion gástrica, pero cuando este cansando querrá buscar que comer).
– Mezclarle la comida seca con húmeda (sin exagerar la ración y siempre consultando con tu veterinario).
– Ponerle un poco de agua tibia a la comida seca para resaltar los olores y que sea más sabrosa.
– Si quieres dedicarle mas tiempo puedas hacer una sopita de pollo (sin sal) y solo ponerle el caldo tibio en la comida seca.
– Adicionarle al alimento seco algún complemento multivitamínico y estimulante del apetito (consultar con el veterinario).
