La dieta Barf en el ojo de la tormenta: ¿es buena o mala para los perros?

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Si bien el mercado ofrece una variedad de marcas de croquetas con infinidad de beneficios y particularidades, hay una tendencia que está creciendo en el mercado peruano: la comida BARF o alimentación a base de carnes crudas. Comúnmente se comercializa a modo de hamburguesas congeladas que contienen carnes de pollo, pavo, res o cordero, mezclado con verduras y algunos carbohidratos. Aunque, la receta parece sencilla, tanto que algunos se animan a prepararlo en casa, existe una gran complejidad para generar un alimento balanceado, más allá de la problemática de las empresas informales que lo comercializan sin los registros adecuados, lo que parece una normalidad en nuestro país.

La polémica
Existe una gran discusión en el campo veterinario acerca de si realmente son mayores los beneficios que los perjuicios que pueda traer a la salud de nuestras mascotas. Y para poder abordarla, solicité la opinión de dos expertos para que nos expliquen sus puntos de vista. 

En primer lugar, Omar Cavero, veterinario y embajador de comida Barf, indica que se trataría de la comida del futuro. Es la importancia de mantener la naturaleza carnívora de los animales y la amplia proporción de proteínas que provee esta comida. Sin embargo, lo más importante sería la ausencia de químicos y preservantes ya que esto haría de las croquetas sean a su parecer “Comida artificial“. Su argumento se sustenta en la lógica que si nos preocupamos porque nuestra salud retorne a alimentos naturales, ¿por qué no hacer lo mismo con nuestras mascotas? Los beneficios de esta dieta sin embargo se pueden notar inmediatamente desde un mejor olor de las heces, un pelaje más brillante y un mejor estado de salud en general. Adicionalmente, es su propia experiencia la que le hace recomendar este alimento a otras personas pues asegura cómo ha ayudado a pacientes con alergias dada la ausencia de elementos químicos. Esto podría relacionarse también en casos de cáncer, que tras generaciones consumiendo croquetas hoy se presenta a edades muy tempranas. 

Sin embargo la comunidad científica parece no estar del todo de acuerdo. La Asociación Americana de Hospitales de animales y la Asociación Médica de Veterinarios de Canadá han desaconsejado su uso por no existir pruebas científicas suficientes para los beneficios descritos. En cambio, serían mayores los riesgos. El zootecnista especialista en nutrición Valentino Arnaiz, indica que una dieta 100% balanceada debe incluir 43 nutrientes muchos de ellos ausentes en la cuestionada dieta Barf, como hierro, cobre, zinc, vitamina B12 entre otros. Arnaiz no descarta totalmente la alimentación Barf, pero indica que en Perú aún no hay empresas que lo complementen con suplementos minerales adecuados. Las deficiencias se presentarían a largo plazo dependiendo de la raza.

Argumentos desbalanceados
El argumento de que la dieta BARF emula la alimentación natural que tenían los perros originalmente, sería poco preciso y descontextualizado. Pues en la antigüedad, los animales consumían la presa completa incluyendo pelajes e intestinos que complementarían el balance. Y aún con eso, perros y gatos en estado natural vivían en promedio tres o cuatro años tanto por las condiciones del ambiente, como por su alimentación. Además Arnaiz, menciona la probabilidad de cierta contaminación bacteriana al tratarse de alimentación cruda, incluida la ya conocida Salmonella. Se basa en un artículo de la revista Animal Health donde se afirma el riesgo de propagar bacterias zoonóticas y cepas bacterianas resistentes a través de la comida cruda tras un estudio de la Universidad de Ciencias Agrícolas de Suecia. Los resultados confirman que la comida cruda puede representar un riesgo microbiológico no solo para los perros, sino también para las personas que manejan la comida y las heces de los perros. Algo que en época de coronavirus podría ser alarmante.

Entonces ¿en qué coinciden los especialistas?

Acá habrían dos puntos de acuerdo entre Cavero y Arnaiz donde reside el verdadero problema de la alimentación de nuestras mascotas:

  1. No leemos los ingredientes de lo que compramos. Nos dejamos llevar por ‘lo más fácil’ o ‘lo más económico’ y en el caso de las croquetas, lamentablemente si bien hay de calidad, las que más abundan en el mercado son las baratas que usan muchos carbohidratos y tienen deficiencias nutricionales.
  2. En Perú, las empresas Barf informales pueden representar el 90% de la oferta. Operan sin registro sanitario ni control y eso sí es un verdadero caldo de cultivo de bacterias y riesgos para la mascota como para el ser humano.

En todo caso, los que tenemos mascotas tenemos el deber de estar informados acerca de lo que nuestras mascotas van a consumir y los riesgos asociados. Nuestro consejo es que siempre leamos los ingredientes que contienen y consultemos los mismos de la mano de un especialistas, especialmente si nuestra mascota ya tiene un problema de salud . Finalmente, para muchos de nosotros nuestros perros y gatos son parte de nuestra familia.

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