Muchas empresas que distribuyen cosméticos, alimentación, medicamentos y otros productos realizan tests para poder probar su seguridad y para mejorarlos. El problema de esto es que en casos no solo se realizan pruebas con personas voluntarias, sino que para poder demostrar que un producto no va a dañar la salud, se usan animales como prueba. Los animales son sometidos a pruebas en las que sufren daños, por lo que son conocidas como pruebas con crueldad animal. Principalmente son probados en animales como los conejillos de indias, los perros, los gatos, las gallinas o los conejos, los cerdos y los monos.
Como estos animales no pueden decidir si participar en este proceso y son maltratados, cada vez hay más conciencia a nivel mundial y la gente busca alternativas. Hay productos que deben ser testados por ley, ya que están directamente relacionados con la salud pública, en cambio hay otros que se testean solo para mejorarlos. Los gobiernos en todo el mundo ofrecen garantías en ciertos productos, otorgándoles un sello que indica que el producto es libre de crueldad animal. Estos logos o sellos cambian según el país y hay lugares en los que todavía no existen.
Con estos sellos se puede identificar un producto libre de crueldad animal o no testado en animales porque aparece en el envase. En ciertos casos el sello indica “cruelty free” (libre de crueldad) o “not tested in animals” (no probado en animales). También hay productos con sello vegano que están libres de crueldad hacia los animales en todo su proceso de fabricación, hasta llegar al usuario.
Si ves un producto sin un sello como alguno de estos tipos, puedes sospechar que ese producto experimenta en animales.
