Entre todos los juguetes, el favorito de los perros casi siempre es la pelota. La pelota despierta el instinto de caza de los canes, por este motivo puede volverse un juego muy adictivo para ellos. Por eso, todo objeto que ruede por el suelo o por el aire les parece interesante y quieren llevárselo a la boca.
Proporcionarle a tu perro momentos de juego no tiene nada de malo (todo lo contrario ya que les ayuda a descargar energía), sin embargo, es necesario controlar que no se obsesione con la pelota. Un perro obsesionado con con la pelota podría volverse agresivo, desarrollar ansiedad o estrés. Esto puede generar que olvide cómo disfrutar de un paseo o de socializar con otros perros. Sabrás que tu perro está obsesionado con la pelota porque estará continuamente detrás de ti para que juegues con él y no estará quieto ni siquiera por la noche. Además, llorará para que le lances la pelota aunque ya haya paseado previamente. Es mejor no seguir fomentando esta conducta que podría repercutir en su salud física y mental.
El lado positivo del juego de tirar la pelota:
El juego de tirar la pelota de forma puntual es un ejercicio divertido que ayuda al perro a correr y a liberar el estrés acumulado. Asimismo, mejora su obediencia siendo una forma divertida de enseñar a responder a una orden como recoger la pelota.
El lado negativo del juego de tirar la pelota:
Si convertimos el juego de tirar la pelota en una rutina reiterada puede crear adicción y más estrés en el perro que solo quiere su pelota. La conducta obsesiva puede hacer que deje de lado otros instintos básicos de su desarrollo emocional como olfatear, relajarse en el pasto y, lo más importante, socializar con otros perros.
Lo ideal es alternar los tipos de juego y no convertir el tirar la pelota en una rutina única que excluya otras formas de juego
