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Más de una vez nos hemos encontrado con el conflicto de que nuestros perros le tienen disgusto gratuito a alguno de nuestros vecinos lo que puede hacer complicada nuestra convivencia en la comunidad. El vecino nunca le ha hecho nada pero cada que se cruzan en el pasillo, tu mascota entra en ladridos y hasta le muestra los dientes.

Me encantaría decirte lo típico, que tu perro siente las malas vibras y seguro el vecino tiene muy mala energía en su corazón. Pero (aunque puede haber algo de posibilidad) difícilmente es la respuesta correcta. Evidentemente hay un sinfín de posibles razones para que esto haya ocurra y lo ideal sería que lo revises de la mano con un especialista. Sin embargo, te dejo acá algunas ideas.

  1. Permite que conozca al vecino. Según el nivel de peligro que identifiques, puedes hacerlo solo o con un especialista, pero si el vecino efectivamente no le ha hecho nada a tu mascota y por el contrario tiene una actitud abierta hacia él, deje que se le acerque, que le huela e inclusive, sugiérele que le dé un premio cada que se lo encuentre.
  2. Estudia qué podría estar generando el conflicto. Si el vecino efectivamente no le ha hecho nada, podría estar representando algún tipo de peligro que tu mascota está identificando. Esto puede ser desde algo que suela llevar puesto, hasta quizá que se aproxima mucho a tu hogar.
  3. No te desesperes. Si te pones nervioso cada que le ladra al vecino, vas a transmitirle este nerviosismo a tu perro y reforzarás el estímulo.
  4. Si hay una agresividad que no puedes controlar. Pide ayuda a un especialista en comportamiento canino y asegúrate de tomar medidas de precaución como no salir al mismo tiempo que el vecino o sacar a tu perro con bozal.

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